El Dr. Eduardo Pensa, jefe del Servicio de Cirugía Vascular Periférica y Flebología, explicó por qué se forman y cómo se pueden prevenir. El profesional destacó que es importante prevenir y tratar las várices de acuerdo al grado de afección. Esta patología es de consulta frecuente, principalmente, entre las mujeres de mediana edad. Esta afección se produce por la dilatación y elongación de las venas de los miembros inferiores y está acompañada de una deficiente función del transporte de la sangre hacia el corazón.
Las várices pueden afectar venas superficiales, colaterales, profundas o perforantes, existiendo diferentes factores que las empeoran, como la gravedad (posición de pie), la presión abdominal aumentada en el embarazo, el sobrepeso, las compresiones externas, entre otras, que pueden generar que la circulación habitual de la sangre se altere y provoque la aparición de venas varicosas de distinta gravedad.
El profesional reconoció que el 95% de las várices se presentan en venas superficiales lo que las vuelve más visibles. La clasificación clínica depende de cuatro aspectos:
Trabajar en la prevención
Las várices no se curan, por eso, los tratamientos apuntan a atenuar los síntomas y su evolución natural.
En este sentido, cobran vital importancia las acciones que pueden prevenir y retardar la aparición de esta enfermedad. Podés prevenirlas si: